La sociedad griega


La sociedad griega era esclavista por lo tanto muy desigual. La componían dos grupos de personas: los libres y los esclavos.






 Los libres: no pertenecían a nadie, y podían ser propietarios de esclavos, en función  de su riqueza. Se dividían en dos categorías:

 




Ciudadanos: poseían derechos políticos, por lo que podían votar y elegir cargos públicos, así como ser elegidos ellos mismos como tales. En la polis de Atenas se consideraba ciudadanos a los hijos de padre y madre atenienses. Pagaban impuestos y tenían la obligación de servir en el ejército. Muchos de ellos eran agricultores o comerciantes. Constituían una minoría. Se estima que en el siglo V a.c de los 400.000 habitantes que poseía Atenas, sólo eran ciudadanos unos 40.000.



No ciudadanos: En Atenas recibían el nombre de "metecos" y eran emigrantes residentes en la ciudad. En Esparta se llamaban "periecos". Eran hombres y mujeres libres, pero carecían de derechos políticos y no podían ostentar cargos públicos. Normalmente se dedicaban a la artesanía y al comercio. Algunos de ellos llegaron a ostentar grandes fortunas. 

Los esclavos: Estaban desprovistos de cualquier tipo de derechos. Tanto hombres como mujeres de esa condición, muy abundantes en Grecia, estaban privados de libertad y eran propiedad de los hombres libres o del Estado. A la condición de esclavo se podía llegar de diversas maneras: por caer prisionero de guerra, por ser hijo de padre y madre esclavos, por deudas, rapto, etc. Las condiciones de vida de los esclavos eran muy variadas: no eran las mismas para un preciado esclavo que desempeñase funciones de preceptor o médico, que para otro no especializado que trabajase en la agricultura o la minería. En cualquier caso, sus dueños poseían un absoluto dominio sobre sus vidas y su consideración legal era la de mera mercancía.

Las mujeres: Libres en Grecia carecían de derechos políticos. Estaban sometidas al varón, ya fuese éste el padre o el marido, y sus movimientos estaban muy restringidos. Las que pertenecían a las familias acomodadas salían en escasas ocasiones de su hogar y dentro de éste tenían asignado su espacio particular: el "gineceo". Muchas actividades reservadas a los varones (como la asistencia a los juegos) eran prohibidas a la mujer.



No hay comentarios:

Publicar un comentario